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Nacida en 1945, en Detroit, Peggy Ann Freeman, luego conocida como Donyale Luna, marcó un antes y un después en la historia de la moda mundial al convertirse en la primera mujer negra en protagonizar la portada de la Vogue Británica.
Todo comenzó con el fotógrafo David McGabe, quien en uno de sus tantos viajes de trabajo, se fijó en una chica de 1,80, delgada y que vestía de manera recatada. La joven de 18 años vivía metida en la escuela y luego en su iglesia local, alejada del ruidoso Nueva York al que se mudaría un año después, con la promesa de McGabe de ayudarla a entrar al mundo del modelaje.
La época, sin embargo, no era ideal para las mujeres como Donyale. Si bien en 1964 la ley prohibía la discriminación racial, los ánimos seguían tensos, con la presencia de Las Panteras Negras y el posterior asesinato de Martin Luther King.
Aún así, la carrera de Luna tomó fuerzas apenas unos meses luego de su llegada a la Gran Manzana, siendo fotografiada por Richard Avedon, quien en esos años hacía editoriales a personajes como Bob Dylan y David Bowie.
"Nueva York es un sueño (…) Estaré en la cima del mundo incluso si requiere hasta mi último aliento, cada músculo de mi delgado cuerpo. Lo siento, lo sé. Seré algún tipo de estrella pronto. Muy pronto", escribía Donyale a una de sus amigas en una carta revelada por su hija, Dream.

Ya en 1965, un reportaje de Harper's Bazaar la puso en el radar público y provocó una reacción masiva en contra de la revista y, por supuesto, la modelo. Cientos de personas amenazaron con cancelar sus suscripciones e incluso los anunciantes afirmaron el retiro de su publicidad en la publicación. Un año después y lejos del racismo de Estados Unidos, la norteamericana hizo historia posicionándose como la primera mujer negra en tomarse la portada de British Vogue.
En Londres, Luna se relacionó con todo tipo de íconos como Mick Jagger y Julie Christie. Pronto tuvo la oportunidad de cumplir uno de sus sueños más grandes, actuando en el film Qui êtes-vous, Polly Maggoo?, una película experimental sobre el mundo de la moda realizada por su amigo y fotógrafo William Klein. El amor por el cine fue una de las razones detrás de su nombre artístico y con el que desafió a su madre quien quería que Donyale fuera enfermera.
En Roma conoció a su marido, el fotógrafo Luigi Cazzaniga quien la convenció de mudarse a Italia con él. Ya allí, Luna fue fotografiada para Playboy y actuó con papeles pequeños en 2 películas más. Sin embargo, a pesar de ser pionera y marcar la historia de las mujeres de color en el modelaje, sus diarios de la época notaban fuertes rasgos depresivos, como lo afirma su hija Dream en un documental sobre la vida de su madre en 2023.

En la década de los 70 y a menos de 10 años de iniciada su carrera, los contratos escaseaban. Eran muchos los fotógrafos que deseaban trabajar con ella pero pocos pudieron convencer a sus revistas y publicaciones de incluirla. El director del documental, Nailah Jefferson, incluyó un incidente que hace denotar la actitud de la prensa especializada hacia Luna.
Diana Vreeland, editora en ese momento de Vogue estadounidense, se negaba a incluirla en una sesión que sería realizada por Avedon, quien la ayudó en sus inicios en el modelaje. El fotógrafo la defendió, afirmando que era extraordinaria, a lo que la editora le respondió "igual que King Kong".
Se especula que incidentes como estos fueron los que exacerbaron la adicción a las drogas fuertes de Donyale, y en 1979, con tan sólo 33 años de edad, falleció en un hospital de Milán por una sobredosis de heroína.
Aunque su vida fue trágica, Donyale Luna marcó los cimientos para que grandes de la industria como Grace Jones y Naomi Campbell se hicieran paso, promoviendo la diversidad en un mundo en el que, lamentablemente, aún existen muchas trabas para personas de color.
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